.Gris.

Tengo la mirada perdida en algún punto del infinito, en las nubes. Estoy tumbada sobre un banco, con la mochila como almohada. Son las nueve y media y he huido. Estoy huyendo aún, de hecho. Dejar de estar bajo el mismo techo que el problema no significa haber escapado de él. Es sólo una pequeña pausa. Pausa que necesito y me merezco.

Intento buscar formas en las nubes, pero eso sólo funciona cuando son blancas. Veo cómo la gente me mira al pasar y todo me da exactamente igual.

Intento leer un libro, pero tengo micropesadillas entre las palabras. Pienso en marcharme muy lejos y luego recuerdo mi falta de valor. Me incorporo para ver mi calle y un trozo de mi edificio, pero no parecen los mismos. Son grises y están podridos por dentro. Como mis ganas de  hacer cualquier cosa.

Me vuelvo a tumbar y me quedo dormida.

No se cuánto tiempo llevo aquí, pero al banco no creo que le importe.

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